Charla de almohada: Cómo elegir la mejor almohada para una noche de sueño reparador
Charla de almohada: Cómo elegir la mejor almohada para una noche de sueño reparador
Por el Dr. Jesse Ropat, Doctor en Farmacia y Especialista en Salud del Sueño
Un buen día empieza con una buena noche de sueño. Y eso empieza con tu almohada.
Si das vueltas en la cama, te despiertas con dolor de cuello o doblas la almohada de formas extrañas solo para estar cómodo, tu cuerpo te está diciendo algo. Necesitas una mejor almohada.
Mucha gente asume que todas las almohadas son iguales. Pero lo cierto es que la almohada juega un papel fundamental en la alineación del cuello, la columna vertebral y los hombros al dormir. Una almohada inadecuada puede desequilibrar todo el cuerpo, mientras que una adecuada puede cambiar por completo la forma en que duermes y te sientes.
Veamos con más detalle cómo elegir la almohada perfecta y por qué es más importante de lo que crees.
Por qué es importante elegir tu almohada
Al dormir, la cabeza debe estar alineada con la columna vertebral. Parece sencillo, pero no lo es. El peso corporal, la postura al dormir y el colchón influyen en el rendimiento de la almohada. Una almohada inadecuada puede empujar el cuello demasiado hacia adelante, inclinarlo hacia un lado o hundirlo demasiado.
Esto lleva a:
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Rigidez y dolor en el cuello
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Dolor de hombro
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dolores de cabeza
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Dando vueltas en la cama
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Mala calidad del sueño
Una almohada de apoyo mantiene la columna vertebral alineada y ayuda a que los músculos se relajen por completo. Esto le da a tu cuerpo el descanso que necesita para recuperarse y recargarse.
Señales de que tu almohada no te funciona
Si tu almohada tiene más de 18 meses, es probable que ya esté desgastada. Pero la edad no es el único factor.
Busque estas señales de alerta:
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Te despiertas con dolor en el cuello, los hombros o la parte superior de la espalda.
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Te encuentras volteando o doblando tu almohada durante la noche.
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Duermes mejor en hoteles o en el sofá que en tu propia cama.
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Su almohada luce grumosa o aplanada.
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Te despiertas cansado, incluso después de una noche entera de sueño.
Cómo elegir la almohada adecuada para tu estilo de sueño
Cada persona necesita un soporte distinto. Aquí te explicamos qué buscar según tu forma de dormir.
Durmientes de espaldas:
Necesitas una almohada de altura media, ni muy gruesa ni muy plana. Debe acomodar la curva del cuello y evitar que la cabeza se incline demasiado hacia atrás.
Durmientes de lado:
Necesita una almohada más firme y alta que llene el espacio entre el hombro y la cabeza. Esto mantiene la columna recta y previene la tensión en el cuello.
Durmientes boca abajo:
Lo mejor es usar una almohada suave y baja, o no usar ninguna. Una almohada gruesa obligará a tu cuello a torcerse en un ángulo incómodo.
Durmientes combinados:
Elige una almohada adaptable a tus movimientos. Un soporte medio y una forma equilibrada son ideales para la mayoría de las personas que cambian de posición durante la noche.
El relleno de la almohada también importa
El interior de la almohada influye en su tacto y rendimiento. Estas son las opciones más comunes:
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Espuma viscoelástica: Se adapta a tu figura y ofrece un excelente soporte. Ideal para personas con dolor de cuello o espalda.
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Plumón o pluma: Suave y transpirable, pero con menos soporte. Necesita esponjarse con frecuencia.
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Látex: elástico y con soporte que proporciona una sensación de sueño más fresco.
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Relleno de poliéster: económico e hipoalergénico, pero se desgasta más rápido.
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Relleno ajustable: le permite personalizar la firmeza agregando o quitando relleno.
Busque estas características clave
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Soporte para el cuello: La almohada debe llenar la curva natural entre el cuello y los hombros.
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Transpirabilidad: Busque telas y materiales refrescantes que permitan la circulación del aire.
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Lavabilidad: una almohada o funda lavable a máquina mantiene las cosas limpias y frescas.
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Durabilidad: Las almohadas de alta calidad mantienen su forma por más tiempo y no se aplanan.
¿Con qué frecuencia debes reemplazar tu almohada?
Incluso la mejor almohada no dura para siempre. La mayoría de las almohadas necesitan ser reemplazadas cada 12 a 24 meses, dependiendo del material. Si está abultada, huele raro o no recupera su forma original al doblarla por la mitad, es hora de comprar una nueva.
Reflexiones finales
Pasas casi un tercio de tu vida durmiendo. No dejes que una almohada vieja y desgastada te robe ese tiempo.
Encontrar la almohada adecuada puede mejorar tu postura, reducir el dolor y ayudarte a dormir más profundamente y por más tiempo. Presta atención a cómo se siente tu cuerpo por la mañana. Si algo no va bien, empieza por la almohada.
El sueño debe ser reparador, no doloroso. Y todo empieza con un soporte adecuado, justo debajo de la cabeza.